El impacto del color en los espacios de trabajo

• Vinilos adhesivos: Aplicados en paredes, cristaleras, escaleras o suelos, permiten señalizar e incorporar colores corporativos o mensajes inspiradores. Están disponibles en una amplia variedad de texturas, desde acabados mate o satinados, hasta opciones con relieve que aportan dinamismo y profundidad al espacio.

• Bastidores con tela tensada: Permiten revestir superficies con diseños impresos en tela, fáciles de cambiar según la necesidad. Son una solución práctica para adaptarse a nuevas tendencias, campañas o cambios de ambiente, y transformar el espacio de forma rápida y flexible.

• Cajas de luz: Permiten resaltar imágenes o mensajes gracias a su iluminación. Se instalan en pasillos, zonas comunes, e incluso en techos, y se adaptan a diferentes formatos y tamaños.

• Paneles de Dibond: Con un acabado sofisticado y resistente, se utiliza para señalética o elementos decorativos como fotografías en gran formato. También están disponibles en versiones metálicas, que aportan un toque de elegancia.

• Rótulos corpóreos: Refuerzan la identidad visual del espacio a través de logotipos o mensajes con volumen. Se pueden personalizar con distintos acabados, volúmenes y formas, generando un efecto tridimensional y decorativo.

• Pizarras: Una solución funcional y decorativa que fomenta la participación y la creatividad. Permiten introducir color de forma dinámica, ya sea a través de su acabado o mediante elementos como rotuladores, imanes o notas adhesivas. Se integran fácilmente en el entorno, entre pantallas, paneles o corchos, adaptándose al diseño del espacio.

Estudios apuntan que el 70% de la información que procesa el cerebro proviene de estímulos visuales. En ese contexto, el color activa respuestas emocionales y fisiológicas que pueden mejorar la experiencia laboral y fortalecer la conexión entre las personas y su entorno.